Vivimos en lo que se llama “la era de la información”. Ese nombre implica que ha estallado, gracias a la tecnología, las vías a través de las cuales podemos acceder al conocimiento. Eso implica algo muy positivo, porque la mayor parte de la población tiene a golpe de click acceso a “al saber que necesite”. Pero algo igualmente negativo, la sobreinformación, desordenada.
Debido a este contexto, son muchas las personas que en nuestra época tienen la buena voluntad de adquirir conocimientos, pero desgraciadamente, no por medio de los profesionales adecuados o especializados en ese campo del que quiere aprender.
«Los falsos gurús comparten ciertas características»
La gente demanda información, y demanda contenidos, pero raramente exige que la persona que se los de, acredite una formación que justifique que son expertos en aquello de lo que van a informar. Es entonces cuando surgen los falsos gurús, los youtubers, instagramers e influencers. También los Bertin Osborne, Risto Mejide, Pablo Motos, y similares.
En resumen, gente que opina o habla de lo que le parece en redes sociales o medios de comunicación, y que consigue un gran seguimiento de la población por diferentes razones. Ahí es donde surge el peligro. No se demandan expertos, ni calidad. Si la persona tiene carisma, o se expresa de forma atractiva, u ocupa una posición reconocida, es suficiente para que lo que dice se convierta en ley para quien lo escucha o sigue.
«Gente que “opina o habla de lo que le parece” en redes sociales o medios de comunicación, y que consigue un gran seguimiento. Ahí es donde surge el peligro»
Los falsos gurús comparten ciertas características como las que mencionamos, y comparten también el deseo de ser seguidos a toda costa, aunque se salten cualquier norma moral o se metan en cuestiones que no manejan.
Un claro ejemplo es el dado en las últimas semanas por el presentador Pablo Motos. A él personalmente le llama la atención (como a tantos otros) el cerebro humano, visto desde la neurología y la psicología. A partir de ahí, decide en un momento determinado que no solo va a llevar a cabo tareas de presentador, si no que desde su programa, va a dedicar cada día un espacio para “enseñar” técnicas de psicología para que la gente las aplique y conocimientos de neurología para que la gente “entienda” su cerebro y sus comportamientos.
La fórmula y el inevitable resultado quedan completados. Psicología, un presentador con mucho seguimiento en horario de máxima difusión, conocimientos soltados sin ningún orden ni condición, y demanda por la necesidad creada por el Covid de información que alivie el sufrimiento y la angustia. Ya tenemos el gurú más peligroso que podemos fabricar. Por supuesto, las decenas de denuncias que esta recibiendo por los diferentes colectivos implicados, debido al intrusismo peligrosísimo que está llevando a cabo atestiguan que el falso gurú Pablo Motos, puede hacer mucho más daño del que cree entre la población.
Por todo ello, desde Alegra psicólogos Málaga y Puente Genil os animamos a que cuando necesitéis información, cualquier tipo de ayuda o asesoramiento, acudáis a profesionales, a personas formadas en la materia para poder darnos el mejor servicio. Y si os queréis informar sobre psicología y que os presten ayuda, lo mejor es ponerse en contacto con un centro de psicología que esté especializado en su demanda, llámese Alegra, Centro de Psicología o cualquiera de nuestros compañeros en toda España o en el resto del mundo.
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