En Alegra psicólogos Málaga y Puente Genil, hemos escrito varios post haciendo referencia a ciertos problemas que se dan en edades tempranas, relacionados con conductas de dependencia de los niños.
Encontramos a madres y padres, desorientados sobre la edad en la que deben empezar a dejar a sus hijos ir siendo más independientes. Por norma, solemos pensar sobre la independencia, asociándola a la adolescencia (Sigue nuestro blog sobre la adolescencia) . Pero es incorrecto. En esa etapa, los padres no damos a nuestros hijos independencia, ellos la exigen porque han alcanzado la edad de cambios biológicos y mentales que exige dicho espacio.
«Lo peor es que los niños lleguen a la adolescencia y no sientan la necesidad de distanciarse y crecer por sí mismos»
¿Qué es lo peor que nos puede suceder? Lo peor es que los niños lleguen a esa edad y no sientan la necesidad de distanciarse. Pero eso sería algo límite. Querría decir que están tan a gusto bajo nuestro paraguas, que rechazan una evolución que es ley de vida. Sin llegar ahí, podemos ver infinidad de situaciones que marcan la baja o nula independencia de nuestros hijos. Desde la falta de habilidades sociales, dificultad para resolver problemas cotidianos, enormes inseguridades, problemas de tomas de decisiones, constantes llamadas de atención, necesidad de apoyo intenso en los estudios, hasta elección de la ropa de vestir.
«Si quieres que tu hij@ crezca fomentando su independencia, debes hacerlo desde edades muy tempranas»
Éstos y otros muchos indicadores, nos hacen ver que los pequeños no han ido madurando a nivel emocional de una forma sana y funcional. Sin duda la clave está en los primeros años de vida. Si quieres que tu hij@ crezca fomentando su independencia, debes hacerlo desde edades muy tempranas. No debe parecerte una locura, por ejemplo, propulsar su independencia a los 5 años. Desde ese momento podemos empezar por cuestiones muy básicas como limpiarse el culete solo, que vaya eligiendo la ropa con nuestra supervisión, que juegue en su cuarto a ratos solo, que coma sólo, que haga pequeñas tareas muy simples del hogar.
En general, cualquier opción que nos de la posibilidad de que la pueda llevar a cabo sin nuestra ayuda (pero con nuestra supervisión), hará que nuestro hijo desarrolle su madurez, sin importar la edad que tenga en ese momento. Todo ello, reducirá las probabilidades de sufrir problemas como los que hemos mencionado antes.