Cuando un sueño o un proyecto fracasa, puedes enfadarte, gritar, insultar e incluso puedes llegar a abandonarlo, pero esas no son las únicas alternativas.
“Puedes ponerte de pie, caminar sobre las piedras, atravesar la batalla y no detenerte hasta llegar al destino que te habías propuesto”
Es curioso cómo explicamos cuando fallamos en algo… Nos solemos detener en las circunstancias, en la mala suerte, en lo mal rodeados que estuvimos, en los recursos que me faltaron, etc.
“¿y si resulta que los muros están dentro y no fuera?
¿y si resulta que es cuestión de actitud?
¿y si enfocamos donde no es?”
A la hora de conseguir tus objetivos, como explicamos desde Alegra psicólogos Málaga y Puente Genil, hay que tener en cuenta que nosotros somos los únicos responsables y si no asumimos esa responsabilidad cada vez que se nos presente un problema pondremos una excusa para explicar el porqué de nuestro fracaso.
Tal vez, os ayude saber que los sueños pasan por tres etapas:
- Nacimiento: cuando surge el sueño.
- Fracaso: te hundes al no conseguirlo.
- Resurrección: Vuelve a nacer.
Desde el momento en el que el sueño nace hasta que se llega a él, transcurre un tiempo de aprendizaje, por eso, no importa el tiempo que tardes en alcanzar tu sueño, si tus acciones son correctas, cada día que pasa avanzarás un paso más adelante.
“¿Te compensa lo suficiente
como para luchar por eso?”
Sé capaz de ver tus errores para corregirlos y apreciar tus puntos fuertes para explotarlos. Si vienen derrotas no te rindas y si vienen victorias no te olvides de celebrarlas.
Tenemos que esforzarnos por dirigirnos hacia donde queremos llegar y aprender las mejores herramientas para conseguir todo lo que nos propongamos. Por supuesto, cuantos mayores sean nuestros sueños, más obstáculos tendremos que superar… el triunfador es el que nunca da por perdida su batalla.