Caso de éxito: Un nuevo yo

Un nuevo yo. Esa es la respuesta que nos encontramos, en muchas ocasiones, cuando les preguntamos a nuestros pacientes, al finalizar un proceso terapéutico: ¿qué habéis aprendido con nosotros? En el día de hoy os traemos esa respuesta, mucho mas elaborada. Nos emociona cada vez que recibimos este tipo de verbalizaciones. Muchas gracias por compartirlo con nosotros y hoy lo queremos compartir con vosotros, nuestros lectores.

«Lo que movió mi llegada a Alegra era, en su génesis, una ruptura, el inicio de un duelo romántico, o por lo menos eso era lo que yo creía. Atravesaba un proceso en el que ya no conseguía avanzar sin pedir ayuda. Yo era consciente de que además de esto arrastraba distintas cargas emocionales y mentales que quizá también estaban entorpeciendo la naturalidad del proceso y que no sabía identificarlas porque nunca les había prestado la atención suficiente.

Acudí con objetivos como superarlo, adquirir herramientas para construir relaciones interpersonales sanas, gestionar mejor mis emociones, y reforzar mi autoestima, mi amor propio. María, mi psicóloga los abrazó inmediatamente al igual que a mi proceso, ocupando un rol de guía, mientras tú vas andando, yo voy por detrás alumbrándote con la linterna hasta que tú puedas cogerla, porque puedes hacerlo, pero a veces hay que prepararse.

“Por más que el ser humano se esfuerce, hay cosas que vienen del exterior que jamás va a poder controlar”

Intenté seguir al pie de la letra todas las indicaciones que me daban María y su linterna, para acercarme a un nuevo yo, focalizando mi atención en cada ráfaga y en el manejo de las mismas, mientras que desde la oscuridad las inseguridades y las voces del pasado intentaban acechar la luz a cada paso, consiguiéndolo muchas veces y esquivándolas otras muchas. Al final les di la mano también y un día, cuando la preparación llegó a su culmen agarré la linterna de María, porque siempre había sido mía.

Alegra y María fueron un gran acierto. Con su ayuda dí lugar a una metamorfosis que iba acompañada de unos aprendizajes que me acompañarán siempre.

“Mientras tú vas andando, yo voy por detrás alumbrándote”

Aprendí a darle más cabida a mi autoestima, colocándome a mí en el centro de mi propio camino, agarrando mis propios monstruos y los pensamientos automáticos-negativos que estos producían consiguiendo lidiar con ellos, pero sin evadirlos, puesto que aunque a veces nos cueste entenderlo, son otra parte nuestra. Superando muchos de ellos con el tiempo, mientras que otros pueden ir naciendo, sin olvidarme de aditivos tan importantes como la empatía, la asertividad, la responsabilidad afectiva o la resiliencia que generaban un nuevo yo. Entendiendo que por más que el ser humano se esfuerce, hay cosas que vienen del exterior que jamás va a poder controlar, todo lo contrario a la dirección en la que posiciona su propia existencia.

Durante todos los meses que estuve en Alegra psicólogos Málaga y Puente Genil, recomendaba a cada paso a la gente que acudieran a Alegra, a María, de hecho muchos de mis amigos y familiares por recomendación propia al final acabaron yendo a la clínica con resultados también muy positivos. Pero no solo recomiendo ir a Alegra, recomiendo ir al psicólogo en general. Romper con el estigma de la asistencia psicológica. Ojalá yo hubiese ido mucho antes, puesto que ahora soy otra persona más liberada, que goza de mucha más paz mental y gestiona de una mejor manera sus relaciones interpersonales y sobre todo la soledad, el saber estar con uno mismo y disfrutar de ello es lo más importante que me llevo de todo esto.

“Las voces del pasado intentaban acechar la luz a cada paso al final les di la mano también”

En definitiva, mi experiencia en Alegra psicólogos Málaga y Puente Genil ha supuesto un punto de inflexión muy importante en mi vida, un giro de 180º, ahora me siento otra persona, más feliz, con más recursos y herramientas con las que poder plantarle cara a la vida y a mis propias sombras gracias a que María hizo una función muy buena. Descubrí que ir al psicólogo es tan importante como ir al médico. Considero que el cuidado de la salud mental debe empezar a estar en nuestro punto de mira, puesto que desde mi perspectiva esto aporta una vida cargada de más bienestar, más ligereza y más felicidad.

“El dolor y la felicidad van de la mano, y eso hay que asumirlo cuanto antes”

Porque es cierto que ir al psicólogo no puede darte la felicidad de un plumazo, al final el dolor y la felicidad van de la mano, y eso hay que asumirlo cuanto antes, pero está en nuestra mano el cómo gestionar esto, puesto que todo suceso o proceso que pasa por nuestra vida es una experiencia que nos ayudará a expandirnos más y seguir hacia adelante. Está en nuestra mano hacer de este dolor con el paso del tiempo un aprendizaje que acaba regalando bienestar y la felicidad, la cosa más anhelada por todas las personas con diferencia.

Gracias por poder alcanzar un nuevo yo».

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