En esta entrega de casos de éxito que se van dando en Alegra psicólogos Málaga y Puente Genil, nos ha encantado lo transmitido por nuestra paciente porque, el cómo vivió su comienzo de proceso terapéutico, representa un gran porcentaje de los casos que nos llegan, y puede darte una clave muy grande si estás pensando comenzar terapia. Aquí os lo dejamos:
“No sé si le pasará a más gente, pero yo la verdad es que no confiaba mucho en eso de la psicología. Terminé yendo a Alegra psicólogos Málaga porque varias amigas me lo recomendaron convencidas de que era lo que me hacía falta. Confieso que fui a la primera sesión con muchas dudas, e incluso tras haber estado en las dos primeras llegué a pensar que mi problema no estaba cambiando en absoluto.
«Todo ese trabajo no sirve si el paciente no se abre por completo a contar y a realizar lo que mandan»
Pero en la tercera sesión, cuando me explicaron todo lo que me pasaba de manera ordenada, cómo había llegado a ese punto, y por qué no conseguía mejorar, empecé a ver el proceso de otra forma. Ya me avisaron al principio que la psicología no funciona como si solo hubiese que tocar un botón y ya consigues los objetivos. Pero me costó entenderlo.
Me costó entender que la terapia es un proceso donde el paciente tiene más que hacer que el psicólogo. Aunque fundamentalmente, es un trabajo de ambos. El psicólogo tiene que saber adaptarse muy bien a quien tiene delante, y detectar adecuadamente lo que le hace falta a esa persona, para poder decidir el orden en que tiene que ir enseñándole las herramientas para que surtan efecto y cambio. Sin embargo, todo ese trabajo no sirve si el paciente no abre por completo a contar y a realizar lo que mandan. Se podría decir que sin entrega no hay paraíso, no hay bienestar, que es lo que yo buscaba.
«Hoy siento que soy una mujer mucho más poderosa, mucho más preparada para lo que me pueda venir»
A mi me costó entregarme a creer, a contar, a hacer. No obstante, cuando algo se movió dentro de mí, algo que necesitaba ese cambio, empecé a colaborar sin reservas. Eso me ha llevado a cambiar por completo lo que en aquel momento me tenía destrozada. Además, puedo decir que a través de lo aprendido, hoy siento que soy una mujer mucho más poderosa, mucho más preparada para lo que me pueda venir.
Mi reflexión es que sin entrega no hay paraíso que puedas alcanzar, pero si llegas a ese compromiso contigo misma, hay gente maravillosa y muy preparada deseando ayudarte y acompañarte en el proceso”.