“Tras este tiempo en terapia he comprendido que no puedo controlarlo todo ya que no todo está bajo mi mano, que no todo depende de mí y que no me puedo sentir culpable por lo que pasa a mi alrededor. Que habrá momentos en los que la responsabilidad sea mía, pero muchos otros en los que no.
La verdad es que a día de hoy no he vuelto a pasar ningún periodo de ansiedad física máxima, como tras la ruptura por la que llegué a terapia. Me he sentido resurgir como el ave fénix. Aunque también he de decir que ha sido posible al hacer las respiraciones diafragmáticas, ya que con ellas suelo controlar bastante bien esos momentos en los que me noto un pelín ansiosa.
Con respecto a las relaciones de pareja, me ha quedado claro que una relación es de 2 y si termina no puede ser la culpa solo de una de las 2 partes, ya que en una relación interactúan dos personas y no siempre va a ser una persona la que lo hace mal y la otra, la persona que lo hace bien.
«Una de las cosas que más claro tengo a día de hoy es lo que quiero y lo que no»
Me ha quedado claro que en futuras relaciones necesito una persona que pueda comunicarse al igual que lo hago yo, que no infravalore a nadie y que sea un apoyo al igual que independiente.
Tras la ruptura con mi expareja, una de las cosas que más claro tengo a día de hoy es lo que quiero y lo que no. No me voy a conformar con medias tintas, ya que tengo las herramientas para poner ciertos límites. No quiero una persona que me infravalore ni que me cohíba, ni que me limite a ser de una manera específica. Quiero una persona que se sienta orgullosa de tenerme a su lado, al igual que me sentiría yo de ella. Quiero una persona que valore la pareja sin toxicidades y que considere una parte muy importante la lealtad y la comunicación. En definitiva, donde encontremos un apoyo el uno en el otro para seguir creciendo y mejorando día a día.
Con respecto al pensamiento, ya nada es lo que era. Ahora mi manera de pensar es más lógica y objetiva, no dejándome llevar por las distorsiones y si me dejo llevar es siendo consciente de que la estoy teniendo, o por lo menos en la mayoría de los casos porque nadie es perfecto y siempre tenemos un porcentaje de error.
«Con respecto a mis pensamientos, ya nada es lo que era»
He aprendido a no dejarme llevar por mi parte más visceral, a ponerme en los zapatos de los demás, a poner límites y pensar en mi bienestar para que en situaciones que no me apetece hacer algo sea capaz de comunicarlo. Ahora entiendo que no es malo expresarnos y comunicarnos con los demás, que las cosas que nos sientan mal hay que hablarlas.
Ya no temo lo que vayan a pensar. El expresar lo que pienso será un bien para la relación que mantenga, ya sea de amistad, pareja o familiar, para que sea un lugar en el que no haya miedo a que te juzguen o al “no te voy a decir esto porque te va a sentar mal”.
Antes de llegar a terapia tenía una autoestima bastante normal pero el llevar a cabo todas las herramientas e ir sanando por dentro y ser capaz de gestionarme de la manera que ahora lo hago, me ha hecho ganar más autoestima porque todo este proceso me ha demostrado facetas que no sabía que tenía. Me siento muy orgullosa de como soy ahora.
«Me siento muy orgullosa de cómo soy ahora»
También aprendí a valorarme más, a no anteponer las necesidades de los demás a las mías y a no hacer las cosas cayendo en la falacia de recompensa divina, ya que quien me quiera me va a querer haciéndole 50 favores o no haciendo ninguno.
De este proceso he aprendido que soy capaz de resurgir como el ave fénix, que, aunque hubo momentos que lo pasé verdaderamente mal, esos momentos no pudieron conmigo y gracias a querer cambiar y pedir ayuda en un sitio como Alegra Psicólogos Málaga, Puente Genil y Estepa, hemos llegado a este punto. Y digo hemos porque considero que este cambio no lo hubiese conseguido sin una profesional como tú, Almudena, ya que, aunque el primer paso es querer cambiar para conseguir las cosas, sin tu perspectiva, objetividad y profesionalidad hubiese sido mucho más complicado lograrlo”.
