Hoy nos gustaría compartir la reflexión de una de nuestras pacientes tras su proceso de terapia. Desde Alegra Psicólogos Málaga, Puente Genil y Estepa nos sentimos muy felices cuando os vemos mejorar y llegar a estas reflexiones tan profundas y satisfactorias.
Incluso de los momentos más complicados podemos sacar lecciones que cambiarán nuestras vidas y nos harán crecer un poquito más como se ve en la siguiente redacción de nuestra paciente:
“Me perdí para encontrarme. Me perdí hasta verme sin salida, hasta no ver la luz. Hasta ahí me perdí y un poquito más. He sabido lo que es tocar fondo y ahora valoro lo que es rozar el cielo con la punta de los dedos. He llorado lágrimas que ni yo misma sabía que existían, pero ahora valoro lo que es reír y, sobre todo, llorar de la risa. ¡Menuda sensación!
He sentido miedo, muchísimo, a todo y a todos. Me he visto encerrada entre cuatro paredes, donde el techo se me caía encima. Y reconozco que no quería salir de ahí. Que llegó un momento que prefería quedarme en mí antes que salir a echarle valor a la vida y a plantarle cara a todo lo que me asustaba.
«Me perdí. Hasta verme sin salida, hasta no ver la luz. ¡Menuda sensación!»
Me perdí para encontrarme. Entonces, un día, te despiertas de otra manera y todo empieza a mejorar. Entiendes que las tormentas, al igual que llegan, también se van. Que los días negros se van transformando en colores más vivos. Que los días pasan si no los disfrutas y que el tiempo que no vives hoy, no lo recuperarás mañana. Entiendes que estás aquí para sentirte vivo.
Entendí que hay mensajes que se tienen que enviar y personas con las que arreglar ciertas cosas. También que hay otros que jamás debí escribir, personas y lugares que no deben estar más. Cerrar ciclos y abrir horizontes nuevos.
Aprendí a curar mis heridas, sabiendo que, de cada una de ellas, algo he aprendido. A recapacitar y corregir errores. A crecer, evolucionar. Te aseguro que hay momentos que no quiero volver a vivir, pero estoy orgullosa de haber vivido.
«Qué bonito cerrar ciclos y abrir horizontes nuevos»
Gracias a perderme, hoy me digo que me he encontrado. Ahora sé lo que quiero y lo que no y puedo vivir en paz conmigo misma, tranquila. Aun no estoy donde quiero, pero sí mucho más cerca que ayer. Ahora sé que, gracias a cada etapa y persona, hoy soy quien soy.
Y hubo un día que solté esa horrible mochila que cada día pesaba un poquito más. Hoy agradezco que me perdí para encontrarme de la mejor de las maneras”.
