Se puede aprender en terapia muchísimos si somos capaces de proponérnoslo. Desde Alegra psicólogos Málaga y Puente Genil os queremos mostrar el relato de la experiencia de aprendizaje de una de nuestras pacientes. Esperamos que os guste.
Cuando acudí a terapia mi principal objetivo era saber gestionar mis emociones, y así ha sido, he aprendido cómo y cuándo darle espacio, tiempo e importancia a cada emoción. Para conseguir llegar a la meta ha sido necesario aprender muchas más cosas.
En primer lugar, he aprendido que nuestros pensamientos necesitan que le demos tiempo, que los tengamos en cuenta porque evadirlos hará que vuelvan más fuertes. Además, según pensemos también nos sentimos. He aprendido que es fundamental dedicarme tiempo cuando lo necesite, ahora me priorizo y me cuido un poquito más. Gracias a terapia me valoro y conozco mucho más, sé claramente las cosas que me gustan y las que no (aunque aún tenga muchas cosas por descubrir), sé identificar cuando estoy más inquieta, ansiosa y cómo minimizar el problema. La intensidad de mis preocupaciones, a día de hoy, suelen ser relativas.
«Según pensemos también nos sentimos»
Ir a terapia me ha devuelto la ilusión, marcarme nuevas metas. Es cierto que vivo día a día pero con unos objetivos a corto y largo plazo. Además, me ha ayudado a afrontar situaciones diarias que me generaban ansiedad como por ejemplo, hablar en público cuando estoy en clase, evitar conflictos, no dar mi opinión en algunas ocasiones, no conformarme, etc. De hecho, una de las cosas que tengo más presente es que cada uno puede cubrir sus necesidades. Cuando lo llevo a cabo me siento mejor y más segura de mí misma.
Uno de mis mayores obstáculos era pedir ayuda. Con la terapia he aprendido que hay veces que necesitamos un empujoncito y que aunque seamos capaces de hacer las cosas por nosotros mismos, es bueno dejar que alguien nos tienda su mano. En mi caso, hasta ahora que estoy escribiendo esto, no me había parado a pensar que realmente sí era capaz de pedir ayuda pero tenía normalizado hacerlo.
«Es fundamental dedicarme tiempo cuando lo necesite, ahora me priorizo y me cuido un poquito más»
Por otro lado, he aprendido a ser más asertiva, decir lo que pienso y cómo lo pienso. He descubierto que antes no lo hacía para evitar conflictos, y a día de hoy sé que esos conflictos, o nunca llegarían o serían situaciones que mejorarían el resto.
Además, he aprendido muchas herramientas que me tranquilizan, de las cuales la que más uso es la respiración abdominal y la relajación muscular antes de dormir. Hablando de herramientas, cuando me cuesta tomar decisiones utilizo la lista de “pros-contra”, o cuando tengo pensamientos negativos “¿se puede interpretar de otra manera?
«Aunque seamos capaces de hacer las cosas por nosotros mismos, es bueno dejar que alguien nos tienda su mano»
En general creo que he aprendido mucho del día a día, son cosas que se consideran obvias, pero hay que aprenderlas. Cuando miro un año atrás, veo la misma M, pero a la vez muy diferente, más madura, mejor«.