El mundo en general, y las personas en concreto, saben que tienen una asignatura pendiente, la autoestima, el aceptarse.
En algún otro post, Alegra psicólogos Málaga y Puente Genil mostró la diferencia entre autoestima y pseudoestima. Es un tema que retomaremos próximamente por su demanda y actualidad. No obstante, hoy queremos referenciar la importancia de un matiz que en ocasiones juega un papel fundamental.
Cuando una persona trabaja su autoconcepto, puede ser por diferentes razones. A veces, hay una base muy incorrecta de autoestima, pero en otras ocasiones, no siendo mala, puede que determinadas actitudes produzcan problemas innecesarios, o bloqueen ese crecimiento potencial que se atisba.
«El mundo en general, y las personas en concreto saben
que tienen una asignatura pendiente, la autoestima»
Nos enfrentamos a éste tipo de casos cuando explicamos que aceptarse no es conformarse. La autoaceptación forma parte necesaria de cualquier personalidad sana. Desgraciadamente, con demasiada frecuencia se entiende que la aceptación de los defectos o de los resultados, implica que no se va a hacer nada por cambiarlos, y en consecuencia, se rechazan como defectos o se lucha infructuosamente sin ninguna estrategia para conseguir que eso no forme parte de ellos.
Lo cierto es que aceptarse, no es conformarse en ningún caso. Todos debemos aprender que la única posibilidad de cambio real, bien planeado, pasa por admitir mis errores. Una vez los abrazo, entiendo por qué se producen, por qué me gustaría cambiarlos, qué consecuencias negativas me provocan, y qué ganaría con el cambio, podré sin duda comenzar mi proceso de cambio a mejor.
«Lo cierto es que aceptarse, no es
conformarse en ningún caso»
Por tanto, quererme tal y como soy actualmente, no es perjudicial, ni conformista. Lejos de eso, lo que estoy realmente haciendo, es sentar las bases de lo que puede convertirse con el esfuerzo y el razonamiento, en un crecimiento personal que me va a acercar a ser la persona que realmente quiero ser.
