Teniendo en cuenta lo que nos cuentan nuestros pacientes al final de sus procesos terapéuticos estamos convencidos de que nuestra labor merece la pena. En Alegra Psicólogos Málaga, Puente Genil y Estepa nos sentimos tan impresionados de sus esfuerzos que pensamos que te pueden inspirar si lees sus propias sensaciones de primera mano. Por eso te traemos a continuación uno de esos casos:
«Hace unos meses empecé a encontrarme mal y decidí buscar ayuda psicológica para poder poner en orden mi vida y encontrar de nuevo la ilusión. Estaba llena de inseguridades, de no saber qué camino escoger entre las posibilidades que tenía frente a mí.
En definitiva, llegué a un punto donde la vida estaba pasando y yo era un espectador que no era capaz de tomar el papel de protagonista y ser consciente de ello.
Empecé a encontrarme mal y decidí buscar ayuda psicológica para poder poner en orden mi vida
Dentro de mí, sentía que el mundo podía conmigo, siendo una persona con cambios bruscos de humor, afectándome cualquier comentario, encontrando dificultades para conciliar el sueño y sin confianza para seguir adelante. Mi vida en pareja se convirtió en un caos, no había ilusión y estaba totalmente seguro de que la había perdido.
¡Pero esto no fue así! Comenzamos a ordenar ese caos dentro de mí. Descubrí que mis pensamientos eran mi mayor enemigo, afectando de forma negativa a mi día a día. Mi mayor aprendizaje fue cuando esos pensamientos distorsionados de la realidad tenían nombre y apellidos, aprendiendo a identificarlos y a tratarlos por lo que son, distorsiones de mi cabeza.
La vida estaba pasando y yo era un espectador que no era capaz de tomar el papel de protagonista
Una vez que contaba con las herramientas necesarias, pude hacer frente a esos pensamientos, logrando deshacer ese nudo interno, el mismo que me separaba de mi yo interior y el mismo que me separaba de mi pareja. A día de hoy, a diferencia de meses anteriores, sé combatirlos.
Por último, me despido de mi proceso terapéutico, mencionando y recordando de nuevo la ilusión. He entendido que no es que volviese, porque siempre estuvo ahí, detrás de ese nudo, si no que de nuevo la ilusión puedo volver a sentirla«.