Pocas veces se escucha el diagnóstico de trastorno de adaptación. Dentro de la psicología, incluso para los terapeutas iniciados, no es habitual tener en cuenta éste diagnóstico como uno de los posibles.
Sin embargo, el gran desconocido es mucho más habitual de lo que pueda parecer. En las principales fuentes de estudio de los trastornos psicológicos, coinciden en que es difícil establecer una incidencia en porcentaje concreta, pero que sin duda, su frecuencia es muy elevada.
Las principales fuentes de estudio coinciden en
que su frecuencia es muy elevada
No suele ser detectado porque puede aparecer con relativa facilidad, y si no mejora, se “convierte” en trastornos de mayor entidad y mucho más conocidos, como puedan ser la depresión ó el trastorno por estrés postraumático.
Podemos decir que el trastorno de adaptación es una reacción emocional o conductual (es decir, comportamientos) sorprendentemente fuerte, que ocurre como forma de respuesta a un acontecimiento vital (un cambio drástico, un evento percibido como muy estresante) que ha sucedido en los tres meses anteriores a dicha reacción.
Además se describen subtipos de el gran desconocido, basados en si la reacción contiene problemas más enfocados en el estado de ánimo, en las conductas, en la ansiedad o en las emociones.
No suele ser detectado porque puede aparecer con relativa facilidad, y si no mejora, se “convierte” en trastornos de mayor entidad
Desde Alegra psicólogos Málaga y Puente Genil, queremos dar un ejemplo de todo lo dicho anteriormente. El lector puede imaginarse la persona que cambia de trabajo, voluntariamente o por despido, la persona que tiene que cambiarse de ciudad por un traslado de su pareja, la persona a la que atracan un día por una de las calles que siempre suele pasar, o las personas que viven en una ciudad donde sucede un atentado.
Como se puede observar, el acontecimiento que provoca la respuesta desestructurada puede variar en nivel de intensidad, pero al final, es cómo lo viva la persona afectada. Encontrándose con cambios de humor que no sabe explicar, desánimo, emociones extrañas, nerviosismo e inquietud, o cierto alejamiento de lo social.
Cuando suceda algo como lo descrito tras un cambio o suceso repentino en nuestra vida, lo más probable es que estemos ante un trastorno de adaptación, y lo mejor será acudir a terapia.