Nos encontramos en una época muy polarizada en lo que a la salud se refiere. Es fácil observar como los malos hábitos están muy impuestos en nuestra sociedad. Desde la alimentación basada en un consumo excesivo de ultraprocesados, hasta el estrés laboral llevado al exponente máximo, pasando por unas dosis descomunales de sedentarismo, es decir, de falta de movimiento.
Pero no es menos cierto, que a la vez están revelándose grandes cantidades de personas desarrollando corrientes fomentando justo lo contrario. La salud entendida desde múltiples vertientes también está en auge. Empezamos a ser conscientes de que la esperanza de vida se alarga, pero que eso carece de sentido, si no se da con unos mínimos de calidad. Ahí surge la idea del “autocuidado”. Son todas aquellas conductas o hábitos que fomentan una mejora en nuestra salud.
«La relajación puede sanar nuestra mente tan castigada, y nuestro cuerpo tan exigido»
Evidentemente, una buena alimentación nos mejora en el presente, reduciendo las posibles enfermedades a sufrir en el futuro, a lo que nos puede ayudar un nutricionista. Ir a un fisioterapeuta, cada cierto tiempo, previene todo tipo de problemas físicos, ya sean a nivel muscular o a nivel oseo.
En ésta misma línea, por fin podemos decir que el cuidado de la mente se está aceptando como uno de los pilares básicos para que todo vaya bien. Alegra Psicólogos Málaga y Puente Genil, intenta poner su granito de arena en esta vía. Una de las técnicas que más ayudan a las personas a prevenir problemas que surgen del desequilibrio de las emociones y las conductas incorrectas que surgen entonces es la relajación.
«Una de las técnicas que más ayudan a las personas a prevenir problemas que surgen del desequilibrio de las emociones»
Tiene bastante sentido, porque si hay algo en que coincidamos la mayoría de personas es que nuestra forma de vida actual conlleva altas presiones tanto temporales, como de obligaciones. Por tanto, es necesario entender que la relajación debería formar parte de nuestro día a día. Ser un hábito. Proporcionar equilibrio a nuestras emociones, pero también a nuestro sistema nervioso. Sanar nuestra mente tan castigada, y nuestro cuerpo tan exigido.
