Cataluña desde la psicología es una situación mucho más comprensible que desde la política. En Alegra psicólogos Málaga y Puente Genil asistimos atónitos a la situación que se da en España en estos días.
¿Por qué decimos esto? Pues porque vemos como tanto unos como otros utilizan estrategias de psicología social bastante antiguas, disfrazadas entre algún que otro dato económico e histórico, para que parezca política.
Si os fijáis, esta lucha de petición de privilegios o derechos se ha alargado desde hace muchos años. Sin embargo, ha derivado en el conflicto al nivel que vemos actualmente cuando los argumentos utilizados por ambas partes han pasado a ser de índole emocional.
«Cataluña, desde la psicología, es mucho
mas fácil de entender que desde la política»
Vista Cataluña desde la psicología, podemos apreciar cantidad de teorías demostradas dentro del ámbito de la psicología social. Os vamos a referenciar algunas:
- Minorías que se convierten en mayorías. El uso de la victimización (David contra Goliat) y de la voluntad de ser diferentes dando por hecho que esa diferencia es mejor que la normalidad.
- Mente grupal. Se marca una línea de pensamiento, y se establece el con nosotros o contra nosotros. Se suele llenar dicha línea de argumentos que tiran de lo emocional y dificultan e incluso imposibilitan el proceso racional de las personas. Ambos bandos tiran de sentimiento patriota, o lo que es lo mismo, la necesidad humana de sentir que pertenecemos a un grupo concreto.
- Red de figuras bien consideradas que apoye el mensaje que interesa, contenga éste más o menos verdades o mentiras, más o menos distorsiones.
- Mensajes donde no solo se promete si no que se da por hecho que se van a conseguir cubrir los deseos de ese grupo. Lógicamente, cuando me dicen que todo va a ser justo como quiero, apoyo incondicionalmente ese plan.
- Adoctrinamiento desde cortas edades. Cualquier movimiento social tendrá mucho más calado si se consigue introducir determinadas ideas en las edades en que la persona no tiene una idea formada propia, ya que le que se enseñe pasará a ser a ser la imperante.
- Polarización de los extremos. Todo lo anterior provoca que la gente evite cualquier tipo de acercamiento. Poco a poco se cierran cada vez más en su postura como si el resto no existiesen o no se pudiese crear una nueva y distinta.
Debemos entender que en el cerebro humano, la parte que genera emociones es muchísimo más potente que la racional, por lo que en el momento que figuras representativas usan argumentos que activan estas zonas, los argumentos racionales que darían mejores soluciones, quedan sin fuerza para ser tenidos en cuenta.
«Los argumentos por ambas partes
han pasado a ser de índole emocional»
Ambas partes han hecho mucho y mal en pos de favorecer su postura, y ahora va ser muy difícil bajar de la gran ola emocional en que nos han subido. Precisamente, nombrando el efecto de «la ola», resulta sencillo explicar como la radicalización de las masas se realiza de forma ligera tal como se expone en la película «La Ola» (Dennis Gansel, 2008). Es una gran relato para comprender el estado de Cataluña desde la psicología.